Sonia Carolina Valiente Purizaca
Estudiante
UNPRG (Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo). Facultad de Ciencias Histórico
sociales y Educación. V Ciclo.
RESUMEN: El
presente artículo busca subsanar las dudas que se generan en el público lector
sobre temas tales como la diferencia entre el periodismo tradicional y el
periodismo ciudadano, las viabilidad del periodismo de investigación, las
cualidades del periodismo radiofónico, la incansable labor de los periodistas y
las diversas plataformas que permiten a la población con dominio y acceso a la
web crear y compartir información relevante para la sociedad.
PALABRAS
CLAVE: periodismo tradicional, periodismo ciudadano, participación, audiencia,
información, libertad de expresión, ciudadanos, internet, radio, periodista,
responsabilidad.
ABSTRACT: This article seeks to address the questions
that are generated in the reading public on topics such as the difference
between traditional journalism and citizen journalism, the viability of
investigative journalism, the qualities of radio journalism, the tireless work
of journalists and various platforms that allow people with domain and web
access to create and share information relevant to society.
De
periodistas a Ciberperiodistas
“Hasta ahora, el profesional
de la información era el periodista; en el nuevo medio, con unos pocos
conocimientos de edición y acceso a la red cualquiera puede convertirse en
informador. […] Internet ha provocado un nuevo concepto de información en la
que el usuario es parte de ella, tanto es así que, a medida que éste profundiza
en su consumo y uso, puede llegar a convertirse en generador e intermediario de
información y, por qué no, en periodista” (Cerezo y Zafra, 2003: 3 y 7).
PERIODISMO CUIDADANO versus PERIODISMO PROFESIONAL: ¿SOMOS TODOS PERIDISTAS? –
ELENA REAL RODRIGUEZ, PINAR AGUDIEZ CALVO, SERGIO PRÍNCIPE HERMOSO. UNIVERSIDAD
COMPLUTENSE DE MADRID.
Si algo
diferencia al periodismo ciudadano del profesional son las plataformas. Muchas
de esas personas que dicen hacer periodismo ciudadano lo hacen a través de
blogs, los cuales cabe destacar están adquiriendo un gran alcance, o de redes
sociales como Twitter o Facebook. Todo este cambio en la tecnología ha obligado
a los distintos medios a modernizarse, de manera que hoy en día todas las
plataformas digitales cuentan con un espacio donde cualquiera puede dar su
opinión, los llamados “comentarios”. De esta manera se permitiendo comentar
toda noticia o artículo que se publique en ellos hace que la opinión del
ciudadano cada día sea más importante, acentuando la fuerza de la opinión
pública y dejando que, por fin, se conozca lo que la gente quiere.
Que la
sociedad actual es la sociedad de la información, es una calificación de que ya
nadie discute. De la misma manera, parece evidente que los ciudadanos actuales
pueden encontrar en la información y en los mecanismos de producir información,
más que nunca a disposición inmediata, cauces a través de los cuales asumir los
retos contemporáneos para ejercer una ciudadanía activa. ¿Es síntoma de esta
ciudadanía activa el periodismo ciudadano? ¿Se trata simplemente un fenómeno
actual fruto de la ubicuidad de Internet o es la respuesta a algunas carencias
del periodismo profesional? En este sentido, ¿declara periclitada una forma de hacer
periodismo informativo, o más bien puede comprenderse en términos de
compatibilidad?
La
aclaración de estas preguntas exige una primera aproximación al fenómeno del
periodismo ciudadano, muy diverso en sus manifestaciones y en sus soportes.
Nosotros proponemos aquí distinguir entre el periodismo ciudadano, como
dinámica de participación propuesta por los medios de comunicación, y el
periodismo ciudadano cuya participación corre por cuenta de los ciudadanos,
independientemente de las empresas informativas, de sus canales o de sus
soportes. Con respecto a la primera, aquella en la que son los medios los que
ofrecen un espacio al ciudadano, podemos distinguir a su vez:
- Las
formas tradicionales de hacerlo: cartas al director, artículos de opinión,
interpelaciones al defensor del lector, participación en tertulias, programas
específicos de ciudadanos que exponen públicamente sus cuestiones…
- Las
formas típicamente contemporáneas: comentarios inmediatos a una noticia en la
web del medio, blogs personales a los que se accede desde la página de la
cabecera Es lo llamado periodismo
digital desarrollado en tres fases: una primera en la que las grandes cabeceras
editan sus contenidos digitalmente, una segunda en la que la especificidad del
soporte digital obliga a transformar los contenidos desde el estilo de
redacción hasta la estructura propia del hipertexto, y una tercera fase, más
importante para entender este fenómeno ciudadano, que es el llamado Periodismo
3.0., donde asistimos a un periodismo que implica diálogo y conversación, en
definitiva, socialización de la información.
Detrás de
los profesionales de la información, la gran fórmula llegó cuando los medios
informativos comienzan a ofrecer espacios para la participación ciudadana
dentro de sus propios sitios, los medios de comunicación digitales. De esta
manera se establece una relación de la cual se benefician mutuamente. En primer
lugar el medio informativo ofrece un espacio de credibilidad muy difícil de
conseguir en el entorno digital si no está avalado por una cabecera rigurosa en
soporte digital o una ya establecida en los medios tradicionales de la
información. Es aquella creencia en el medio lo que nos permite confiar en la
veracidad de la información, y para eso se necesita mucho tiempo, para ganarse
la confianza, para identificarse.
Pero no
sólo existe la participación propuesta por los medios, sino también la
participación alternativa de los ciudadanos por medio de soportes mediáticos y
sin el aval de ninguna cabecera de reconocido prestigio. Este tipo de
periodismo ciudadano puede dividirse también en dos subtipos:
- La forma
tradicional de hacerlo mediante fanzines, panfletos, publicaciones ciudadanas,
revistas de asociaciones, oenegés… Todas ellas son formas de informar a los
ciudadanos y también de denunciar abusos, corrupciones…
- La forma
típicamente contemporánea que tiene que ver, fundamentalmente, con la
proliferación de las informaciones recogidas en blogs particulares o en otras
herramientas sociales on-line como son foros, podcast, wikis, web TV o
agregadores.
Todas ellas
plantean retos muy importantes al periodismo. Los aspectos relacionados con el
periodismo ciudadano al menos pueden considerarse como revitalizadores del
proceso periodístico, enriquecedores de la información y por tanto como
singulares activos democráticos. La virtud cívica, en esta sociedad de la
información y de la globalización, también consiste, no sólo en hacer gala del
derecho a la información sino en preocuparse de la autenticidad y de las
garantías del mismo. La virtud que compromete al ciudadano con lo público,
situada en este nuevo escenario, debe insistir en la mejora de los mecanismos
de información, así como en la crítica a los poderes mediáticos, muchas veces
más coartadores que garantes del derecho a la información. ¿Por qué no
considerar entonces, al menos como una nota de la virtud cívica, el compromiso
con la información o el deber de estar informado?
El
periodista profesional está obligado a competir con el resto de ciudadanos en
el ejercicio de informar, formar y entretener a otros ciudadanos, y no puede
sino tratar de seguir siendo relevante y necesario para la sociedad a través de
opiniones bien argumentadas y de las informaciones que sea capaz de sacar a la
luz pública, es decir, a través de la credibilidad que pueda transmitir y de la
reputación que sea capaz de mantener. REINVETNTAR EL ERIODISMO: MEDIOS
NECESARIAMENTE MÁS PARTICIPATIVOS PARA UNA SOCIEDAD MÁS DEMÓCRATA – SERGIO M.
MAHUGO. REVISTA RAZÓN Y PALABRA
El reto
fundamental, sobre todo en relación a la información digital, depende de que
estos mecanismos tengan la vocación de dotar de dinamismo a la vida política,
depende de que se mejoren esos canales para que sirvan más eficazmente a las
instituciones democráticas siempre pendientes de estar más cerca de los
problemas de la sociedad. Pero también, depende de que los públicos reconozcan
la necesidad que tienen de similares plataformas para poder ponerle voz a todas
sus preocupaciones o denuncias y encontrar ahí una respuesta inmediata de los
responsables políticos.
La ampliación
de los espacios de participación y el que no estén sometidos a una férrea
censura previa, al menos en el aspecto de orientación ideológica, puede ser un
revulsivo para la actividad de la ciudadanía y para la credibilidad del mismo
medio informativo al incorporar a su contenido visiones críticas con su propio
proceder o con sus tesis editoriales. En este sentido, parece fundamental
apuntar que el periodismo ciudadano no sólo puede ser un acicate para una
permanente revitalización de la democracia, sino de la propia profesión
expuesta continuamente a la crítica de los ciudadanos, recordemos, en buena
medida responsables, también, de hacer cambiar las erróneas praxis
informativas. Desde aquí, ya sí se puede afirmar que cada sociedad tiene la
calidad informativa que se merece.
Sin
embargo, más complicado parece la tarea de emitir un juicio siquiera
provisional del periodismo ciudadano con soporte en las nuevas tecnologías. La
rapidez vertiginosa con la que Internet y las redes sociales evolucionan,
apenas nos dan tiempo a analizar las oportunidades ricas e inagotables para la
comunicación humana, no digamos ya para advertir de sus amenazas. Cualquier
manual sobre el funcionamiento de las nuevas redes e incluso cualquier intento
de legislación sobre licencias, contenidos o derechos de propiedad intelectual,
por poner algunos ejemplos, están condenados a ser meros acercamientos
epidérmicos nunca agotadores de las cuestiones ni de la problemática de
Internet. ¿Y si se nos esté escapando de las manos?
Es una
ventaja poder disponer de espacios públicos más amplios donde caben todos,
donde se hacen más evidentes las plurales características de nuestras
sociedades posmodernas y donde hay siempre un lugar para una nueva opinión o
para problematizar cualquier afirmación, en definitiva, para la crítica. El
lenguaje, esta vez con las características peculiares del hipertexto, vuelve a
ser el vehículo de comunicación más fértil entre ciudadanos inscritos en países
distintos, en culturas distintas, con convicciones religiosas distintas, con
ideologías distintas. Todos tienen su lugar y esto es una conquista innegable
de los nuevos tiempos. Quizá haya que profundizar algo más, no siendo que la
ampliación de espacios públicos de forma tan indiscriminada como la que supone
la red, precisamente en el ámbito periodístico, no sea tanto un síntoma de
libertad cuanto una permanente amenaza a la misma. Los estados constitucionales
garantizan la libertad de expresión siempre que las informaciones se atengan a
dos condiciones legales como son la veracidad y el interés público. Y aceptando
que la veracidad y el interés público no son el resultado de un conjunto de
condiciones, seguidas o cumplidas las cuales el periodista tenga asegurada la
legitimidad de su misión12, se puede reconocer que ambas condiciones están
sometidas a un control democrático, al menos desde el momento en el que los
afectados pueden reclamar el amparo constitucional que valorará el nivel de
cumplimiento de tales premisas. Con Internet esta tarea de control, hoy por
hoy, es casi imposible.
Se puede
concluir de esto que internet ya no es sólo un espacio para relacionarse y
comunicarse sino que también sirve de plataforma para el debate y la crítica;
adoptando con esto un nuevo lema “el contenido ya no es el rey sino que nos
debemos regir por una reina que es la conversación, a fin de cuentas el tema a
debatir es sólo una excusa para iniciar la conversación.
El
periodismo de Investigación: ¿Vende o no vende?
[…] El periodismo investigativo
es una investigación propia del periodista sobre un hecho que es relevante para
a sociedad y cuyos autores y/o cómplices intentan mantener oculto en defensa de
intereses propios. ¿ES VIABLE EL PERIODISMO INTERPRETATIVO? – CAROLA FUENTES.
PERIODISTA DEL PROGRAMA CONTACTO, CANAL 13. KNIGHT FELLOW, STANFORD UNIVERSITY.
La
investigación es innata en el periodista, si el periodista no investiga nadie
más lo hará por él. El interés ya no es económico sino de prestigio. No siempre
la noticia proveniente de una férrea investigación es atractiva en primera
instancia. No siempre las grandes investigaciones venden. Pero, ¿qué hacer para
prestar atención, los recursos y el tiempo necesario ante esta responsabilidad?
Aquí es donde aparecen voces que propugnan la creación de áreas independientes
de investigación dentro de los medios. Hay que verdaderamente crear una especie
de motorcito que sea capaz de ir marcando pautas justo en ese sentido, y a
través de eso ir volviendo a contagiar a los otros frentes noticiosos con la
capacidad de investigar muy metidos en la rutina, muy adaptados al sistema de
fuentes, a sectores informativos, aunque hay algunos que admiten crear y buscar
temas hay otros que están demasiado acostumbrados a que llegue el boletín
informativo, la fuente tal, que a tal hora hablan los políticos, etc. Y esos
vicios han ido generando rutinas que se mantiene hasta el día de hoy.
Algunos
autores creen que el periodismo de investigación es simplemente un titular llamativo,
ya que cualquier periodismo requiere de la investigación. Gabriel García
Márquez dice que la enseñanza periodística se debe basar en sus tres pilares,
pero sobre todo el periodismo en la investigación. Las afirmaciones de estos
autores concuerdan en que el periodismo debería ser una investigación
constante. Por tanto, teóricamente son justas. Sin embargo, en la actualidad existe
una pasividad extrema, los medios no investigan lo que dicen las fuentes; es lo
que llamamos periodismo declarativo: informaciones que tienen importancia simplemente
por la relevancia del sujeto que lo dice. Si tratamos de definir correctamente
el periodismo de investigación diremos que es aquel en el cual el reportero
descubre o desentraña unos datos de importancia social que alguien procura
mantener escondidos.
Una de las
principales funciones de los medios de comunicación es orientar y fiscalizar,
lo cual busca enmendar o denunciar situaciones irregulares. De esta función se
encarga el periodismo de investigación. Cabe señalar que no sólo se fiscaliza a
través del periodismo investigativo. Hay una fiscalización política que se
ejerce a través de editoriales del periódico. Hay una fiscalización de opinión
que se ejerce primordialmente a través de las columnas de opinión, a través del
contraste de puntos de vista que debe llevar en sus páginas editoriales un buen
periódico. Pero hay una fiscalización fáctica, una fiscalización de hechos o
denuncias que es la que constituye el periodismo de investigación. Denunciar,
deshacer entuertos, exponer hechos torcidos, todo eso constituye periodismo de
investigación.
El Periodismo de Investigación es búsqueda, mientras más esmerada mejor, aunque
tiene como exigencia, limitación y restricción, el apremio dictatorial del
tiempo y la pertinencia de una exposición sin recovecos, capaz de ser entendida
por todos los lectores. Si la publicación
de un buen reportaje se demora tanto que el tema del cual se ocupa deja
de ser noticia, corre el peligro de transitar del periodismo, a la crónica de
hechos sociales o a la historia reciente. Si hace tanta gala de matices y
lenguaje retórico que la forma se sobrepone al contenido, entonces esa pieza deja de ser accesible y
quizás, tenga valor literario pero no periodístico. Por tanto, el Periodismo de
Investigación busca darle al lector algo más que los otros medios y que las
páginas ordinarias del diario. Esa oferta editorial es el valor agregado con el
que todo buen periódico quiere competir dentro del mercado de los mensajes.
Tengamos en
cuenta que los esfuerzos del periodismo de investigación tropiezan siempre con
la indolencia de reporteros y editores y sobre todo, con la tacañería de
empresarios periodísticos que no invierten en la búsqueda de noticias porque se
conforman con llenar planas de material de relleno, que es más barato aunque a
la postre, ahuyenta al público lector. En conclusión, si los medios no apoyan a
sus periodistas es complicado hacer una investigación.
El
Periodismo de Investigación es, indudablemente más costoso. Pero nadie ha dicho
que la preferencia de los lectores se gane con facilidad. A menudo, al
periodismo de investigación se le confunde con el sensacionalismo que exprime los
hechos llamativos para aturdir más que explicar a los lectores, lo mismo que
con la publicación de chismes y murmuraciones. Los periodistas que desarrollan
actividades habituales como la información de actividades oficiales, las
entrevistas preparadas con meras referencias circunstanciales, cuando hacen trabajo
de hemeroteca y sobre todo cuando aportan materiales documentales que enriquecen,
matizan e incluso desmienten la versión hasta entonces oficial de un acontecimiento,
desarrollan una prensa útil y, entonces trascendente. Todo eso está muy bien.
Pero reitero, no confundamos el verdadero trabajo de investigación. Solo un
verdadero periodista capacitado y con experiencia puede realizar una
investigación profunda. Ese es la clave para que los medios escritos puedan
seguir reteniendo un público que se inclina hacia la instantaneidad del
internet.
El
periodismo de investigación además de tedioso, es dispendioso y muy costoso. En
ocasiones, una investigación tarda meses y los resultados no son óptimos, lo
cual implica gastos que no guardan relación costo beneficio que justifiquen la
inversión. Generalmente los periodistas de investigación están expuestos a
halagos o a presiones que suelen ser más peligrosos que los recibidos por los
demás miembros de una redacción: halagos o presiones comerciales, halagos o
presiones políticas, halagos o presiones legales. Una demanda por una
investigación sólida puede terminar con una condena injusta para el periodista,
que significaría días de cárcel o la destrucción de su credibilidad. Están las
amenazas y la muerte de periodistas que en algunos países han conducido a
asesinatos que suman decenas. Pero es necesario recalcar que el periodismo de
investigación permite sacar a luz pública hechos que no deben quedar en la
impunidad. Si abrazamos la verdadera
vocación del periodismo, que denuncia la corrupción y plantea la conformación
de una sociedad justa, no habrá impedimentos para desarrollar un eficiente periodismo
de investigación. El impacto social de un periodismo de investigación debería
ser el mayor logro y anhelo de un medio, con ello ganan prestigio y, el
prestigio es algo que solo puede ser ganado a través de un buen trabajo
investigativo de meses o hasta años de duro trabajo.
[…] Su éxito se basa en el
sonido y, en esencia, en la creatividad con que éste se amalgame o, si se
permite el símil, con que este se pinte, porque las producciones de radio se
originan en la esfera de la expresión-, son arte producido por la posibilidad
estética. LOS AXIOMAS DE LA RADIO, TECNOLOGÍA Y PERIODISMO RADIOFÓNICO – ÓSCAR
JULIÁN CUESTA MORENO. REVISTA RAZÓN Y PALABRA.
El ser
humano se comunica a través de sonidos. Es su manera de relacionarse por
excelencia y para él, lo que no tiene sonido no existe. El lenguaje radiofónico
permite poder explotar toda la creatividad posible tanto en informar como en
promover la comunicación.
La radio ha
ido evolucionando y provocando cambios en la sociedad, desde la portabilidad,
la segmentación de públicos hasta ahora las radios por internet. Sin embargo la
radio debe seguir la línea del cambio, el replanteamiento de sus contenidos y
la forma como su público se amplía. Mientras la radio sepa adaptarse al cambio
seguirá siendo aceptada, por eso es momento que se reinvente. La interactividad
que hay en la radio a través de las llamadas promueve una mayor participación
de la ciudadanía. La ciudadanía colabora con la elaboración de los contenidos
periodísticos y las plataformas de dialogo son más amplias y democráticas.
La
retroalimentación se puede verificar de manera más rápida a través de la radio.
El cómo está interpretando el mensaje que se viene difundiendo. Un medio de
comunicación siempre debe ser supervisado por un comunicador, la ciudadanía es
parte de la noticia y su involucramiento es una tarea del comunicador. La responsabilidad recae no sólo en el locutor sino también en quién redacta los textos que narra el periodista; éste debe tener en cuenta que narra para un auditorio heterogéneo y
por ello debe procurar expresarse de forma adecuada, ni muy rápido puesto que
puede llegar a causar tensión y ni muy
lento pues causaría aburrimiento y somnolencia.
Con la
llegada de las tecnologías de la comunicación todos son potencialmente
informantes sobre un hecho noticioso.
Un buen periodista se diferencia en la manera como trata la información, como la
interpreta y que tipo de lenguaje usa al momento de difundirla. Sin embargo la
participación ciudadana es necesario si un medio quiere seguir posicionado en
el mercado. Hacer partícipes a los ciudadanos hace que se sientan identificados
con el medio, además nadie niega que puedan ser buenas fuentes en determinado
momento. La intervención del público en el proceso informativo radica en su
capacidad para difundir un hecho y ayudar en la recolección de datos.
[…]El periodismo ciudadano sería aquel que
posibilita la intervención activa de los actores sociales que actúan en todo el
proceso de la información de interés público. Por tanto su esencia radicaría en
la formación de opinión pública mediante la creación de públicos deliberantes y
la promoción de la participación ciudadana […] NO TODOS SOMOS YA PERIODISTAS. UN ANÁLISIS DE LA UTOPÍA DEL
PERIODISMO CIUDADANO DESDE LA PERSPECTIVA DEL REPORTAJE INTERPRETATIVO – CARLOS
MARCIÁ BARBER
Generar
opinión y la búsqueda de la verdad es el fin del periodismo ciudadano Sin una
buena supervisión y los filtros respectivos la ciudadanía podría caer en un
caos debido a la desinformación, la difamación y otros delitos que se presentan
al ejercer el periodismo. Hay una sensación cada vez mayor de que los diarios
pierden lectores por su alejamiento, arrogancia e insistencia de que ellos solo
tienen la información digna de ser publicada y el periodismo participativo
trata de revertir esa situación al permitir a los lectores fomentar la creación
de historias interesantes e importantes. La profundización de los hechos ahora,
va a depender del periodista.
Esta sencilla aunque
resonante sentencia, resume toda la esencia de nuestro oficio. Ser veraz
significa que efectivamente los periodistas han de contar los hechos tal como
sucedieron, no deben manipular los datos, ni resaltarlos a su conveniencia;
tiene que ser rigurosos en la verificación, exhaustivos en las pruebas,
puntillosos en los matices. Y tienen, sobre todo, que saber reconocer sus
errores y sus equivocaciones, y al estar dispuestos a purgar por ellos. ¿ES
VIABLE EL PERIODISMO INVESIGATIVO? – CAROLA FUENTES.
El periodista es un "hablante de
calidad" al que se le supone una sólida formación lingüística y una amplia
competencia de la lengua. Por esto mismo y por exponer sus ideas lingüísticas
en un medio de comunicación de masas, estos retazos de observaciones y
reflexiones lingüísticas de muy distinto género pueden calar en los lectores
más que ningún manual de lingüística. No obstante, hay que decir que tales
consideraciones, que resultan vitales para el periodista, por lo general
plantean problemas de mayor calado que son dirimidos con demasiada ligereza
utilizando argumentos informales e intuitivos. Pero, a pesar de estas
limitaciones impuestas por el medio en que se exponen, estas reflexiones tienen
en sí mismas un gran valor, más si cabe teniendo en cuenta la importancia que
actualmente se concede al estudio de las actitudes lingüísticas. Por otro lado,
pueden servir para reabrir el debate sobre determinados axiomas de la
lingüística, como por un ejemplo, el de la arbitrariedad del lenguaje, cuestión
que se suele zanjar con un poco de indulgencia. Es decir, estas reflexiones pueden
inducir a reconsiderar la manera académica o científica de tratar algunos
aspectos del lenguaje. Así, partiendo del uso creciente de los eufemismos en la
prensa, los periodistas recapacitan sobre la relación entre las palabras y las
cosas y entre los significados y los significantes. Un verdadero periodista
hace un trabajo completo: contextualiza, interpreta, investiga, explica,
humaniza.
CONCLUSIONES
- Periodismo Ciudadano y sus aportes, se puede concluir que esta versión del Periodismo tiende a ser practicada por agrupaciones o comunidades que poseen intereses en común. No es recomendable etiquetarlo como un sustituto del Periodismo tradicional sino que debe asociarse como un complemento a este. Es una práctica a la que cualquier persona tiene acceso y que al mismo tiempo debe hacerse responsable por su uso, generando en comunidad información veraz y de calidad para el resto de los usuarios y evitando politizar este medio o usarlo con un fin ideológico.
- Además se pudo hacer un pequeño análisis de las herramientas que se utilizan para la difusión de la información, en general, medios 2.0 que ofrecen acceso gratuito y rápido a sus usuarios. El internet es la base para estos medios, por lo tanto se requiere tener una velocidad de conexión de calidad a fin de incentivar la práctica del Periodismo Comunitario
- El periodismo tradicional está en crisis. Lo que, ni como periodistas, ni como públicos, debe asustarnos porque no es la primera, ni será seguramente la última. Eso sí, debe preocuparnos. La crisis actual es, sobre todo, una crisis de credibilidad que deviene en un descenso de las ventas. La vieja historia de la objetividad del periodismo ha pasado a mejor vida. Nos hemos sentido ya muchas veces manipulados y como público estamos hartos de cruces de acusaciones, de historias de buenos y malos. Además, los viejos medios de masas durante años han hecho y deshecho a su antojo sin escuchar a nadie. Se han alejado de las inquietudes de sus lectores, oyentes, telespectadores. Por eso a nadie extraña que sus índices de audiencia no remonten -sobre todo en el caso de la prensa escrita- ni que sean incapaces de hallar nuevos públicos, a no ser a golpe de promoción.
- Ante la crisis del periodismo, los públicos ya se han movilizado y lo han hecho a través de los medios digitales. Después a través de medios hiperlocales participativos contando aquello que pasa en su barrio y que no tenía cabida en los viejos medios. Se han lanzado a la aventura de publicar en sus propios blogs aquello que les preocupa o les interesa, colaboran en la redacción de wikis y emiten sus propios programas radiofónicos a través de Internet. En definitiva, aquellos que antes eran “masa”, ahora conversan entre ellos y difunden noticias y conocimientos.
REFERENCIAS
- ARMAS, Aixa, 2008, El periodismo comunitario ¿Intenta desplazar a los profesionales de los Medios?
- Caminos, José: Periodismo de Investigación: teoría y práctica. Síntesis, Madrid, 1997.
- Dader, José: Periodismo de precisión: vía socio-informativa de descubrir noticias. Síntesis,Madrid, 2002.
- GONZALO, Paula, 2010, Periodismo crowdsourcing o periodismo ciudadano.
- Ortega, Felix y Humanes, María Luisa, Algo más que periodistas. Sociología de una profesión, Ariel, Barcelona, 2000.
- Paez, José: El análisis político. s.e., Lima, 1995.
- Quesada, Montserrat: La investigación periodística: el caso español. Ariel, Barcelona, 1987.
- Rodríguez, Pedro: Periodismo de investigación: técnicas y estrategias. Paidós, Barcelona,1997.
- Secanella, Petra María: Periodismo de investigación. Tecnos, Madrid, 1986.
PUBLICACIONES
- TECNOLOGÍA HECHA PALABRA, 2007, Usos de Internet en Latinoamérica
- UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR, Publicaciones
Juan Francisco Aquino Nuñez |